sábado, 23 de mayo de 2009

Mediación de la técnica

JOSÉ ORTEGA Y GASSET

En su texto, Ortega y Gasset separa los dos tipos de necesidades humanas: aquellas que naturalmente necesitamos para sobrevivir y las necesidades superfluas.

Vivir es la necesidad originaria y todas las demás son consecuencia de ella. Ortega y Gasset explica que para el ser humano la vida es una necesidad subjetiva porque puede elegir morir. Permanecer vivo es una necesidad que surge de un acto de voluntad y este hecho nos distingue de los animales. El hombre puede librarse de sus necesidades y tecnológicamente crear herramientas que le faciliten lo que necesita. Este acto técnico es la modificación que el hombre impone en la naturaleza buscando satisfacer sus necesidades. Así, las necesidades elementales dejan de serlo y empezamos a crear otras necesidades. Al librarnos de las necesidades elementales podemos buscar cosas sobrantes que dan bienestar. Con la técnica el hombre puede adaptar el ambiente a sus necesidades.

Los seres humanos somos proyecto y cómo tal buscamos satisfacer no sólo nuestras necesidades elementales, sino nuestro bienestar. Hay ocasiones en las que si el ser humano no puede realizarse como proyecto. prefiere morir. La tecnología facilita que al tener las necesidades elementales cubiertas podamos enfocarnos a realizar este proyecto.

Si desconocemos la idea de bienestar no podemos saber cuales son las necesidades, es una idea que cambia según la persona o la cultura. Por ello, la técnica no está dirigida por un único motivo o proyecto.

Pensamos que la técnica está muy consolidada y por ello no es un tema que nos preocupa día con día. En realidad no está tan consolidada como pensamos, un cambio en nuestros deseos la modifica y mientras más depende de cosas más frágil se vuelve.

No hay hombre sin técnica. La técnica varía según la idea de bienestar que tiene el hombre en dado momento. Un acto técnico es aquello en que nos esforzamos a inventar algo para luego ejercer un plan de acción que nos permite saciar con el menos esfuerzo la necesidad. La técnica es el medio a través del cual evitamos preocuparnos por las necesidades elementales, nos permite ahorrarnos un esfuerzo y dedicarlo mejor a actividades de ocio. Usamos la técnica para poder exentarnos de los quehaceres que nos impone la naturaleza y dedicarnos a ocupaciones no biológicas. Lo que el hombre inventa quehaceres no biológicos, crea una vida y esa es a lo que el hombre llama vida humana, bienestar.

El mundo no es ni todo facilidad ni todo dificultad. Los recursos vienen y van. Desarrollamos técnica para limitar las necesidades naturales y poder ser el hombre ficción de sí mismo. Por lo tanto, la vida humana no es un curso pasivo en el mundo, sino una constante lucha por acomodarse en el, por acomodarlo.

Creo que algo interesante que plantea el autor es que al no tener claro el concepto de bienestar para el ser humano, no se puede saber cuales son sus necesidades. La técnica sirve para modificar el mundo para que el hombre cumpla sus necesidades. Una idea de bienestar basada en la paz desarrolla una técnica distinta que una de guerra. Se pueden desarrollar en un sentido más espiritual o en uno mecánico.

El hombre consiste no en lo que es, sino en aquello que todavía no es. En este todavía, está la parte de proyecto. Para el hombre, existir es el proceso de realizar lo que quiere ser. De esta manera, la naturaleza es sólo el conjunto de cosas buenas o malas a las que se tiene que enfrentar el hombre.

sábado, 16 de mayo de 2009

History, Technology and the Pursuit of Happiness

EDMUNDO O´GORMAN

No podemos desasociar las actividades tecnológicas de las cultura, la tecnología es cultura. La tecnología es exclusiva del ser humano, característicamente al desarrollarla se presentan cambios en el medio ambiente e involucra la invención de procesos y manipulación de cosas con el propósito de tener al alcance los medios para satisfacer las necesidades del hombre. A diferencia de la tecnología, con la técnica no se realizan cambios significativos en el medio ambiente, puede ser desarrollada por animales y sirve para facilitar cosas.

O’Gorman explica así que el universo es la realidad natural no modificada, mientras que mundo representa la naturaleza artificial hecha por el hombre. El universo no está hecho por el hombre y por lo mismo no le pertenece. El mundo es parte del universo y al ser artificial podría verse como un tumor en el cuerpo del universo.

Explica también que la vida humana no es una lucha por la vida, sino por una mejor vida. La necesidad del hombre de ser feliz es el impulso fundamental en la vida humana y esto trae a las otras necesidades. La felicidad es la necesidad de las necesidades. La aspiración del hombre es convertirse en una entidad sin necesidades. A diferencia de los animales, obtenemos nuevas necesidades que van más allá de las biológicas.

Las primeras tecnologías servían para que los seres humanos lograran satisfacer ciertas cosas. Hoy tenemos unas tecnologías que ya no satisfacen esas necesidades casi biológicas, nuestras necesidades ya son completamente distintas. Se ha transformado completamente la forma en que los seres humanos desarrollamos la tecnología.

En realidad la tecnología tendría que satisfacer nuestras necesidades. Las creamos para tener la oportunidad de como seres humanos desarrollarnos como proyecto. Por lo mismo deberíamos de tener claro cual es nuestro proyecto. El problema es que desarrollamos la tecnología sin saber cual es dicho proyecto.

Es un hecho que tecnológicamente podremos lograr lo que queramos, pero nos encontramos desarrollando tecnología sólo porque podemos, sin preguntarnos si es en realidad lo que queremos o si nos va a llevar a donde queremos llegar. Por ello parece que la tecnología nos supera y que nosotros somos el proyecto de la tecnología y no lo contrario. Nosotros tenemos que decidir hacia donde tiene que ir la tecnología y no que sea ella la que nos lleve. Para esto tenemos que pensar y decidir hacia donde queremos llevar nuestras necesidades.

lunes, 27 de abril de 2009

Technology and Wisdom

TECHNOLOGY AND WISDOM
Emmanuel G. Mesthene

En la lectura, Mesthene establece que aquello que es específico de nuestra era no es el desarrollo de la tecnología y la ciencia. Hoy en día ya no nos sorprenden tanto los avances científicos y tecnológicos, de alguna manera ya los esperamos. Antes los inventos humanos eran únicos y transformaban al mundo, hoy ya no nos sorprenden de manera radical. La tecnología es menos revolucionaria mientras reconocemos y buscamos el poder que nos otorga. Nuestros inventos son cada vez menos frecuentes y cada vez más tomados por hecho.

Hoy, mas bien nos caracteriza esa acumulación de poder físico que nunca antes habíamos tenido. En nuestra época aspiramos a alterar el poder que el mundo natural siempre ha ejercido sobre nosotros. Durante mucho tiempo el ser humano supuso los límites del mundo natural y hoy rompe esas barreras que siempre creyó que eran insuperables.

Mesthene nos dice que por fin logramos llegar a un momento donde controlamos la física, cosa que antes no podíamos hacer, y esto ha roto los parámetros que la naturaleza nos imponía.

La tecnología no es ni buena ni mala. Mesthene recalca la tecnología puede ser considerada mala porque tiene un potencial negativo, aunque nos puede ayudar a curar enfermedades o a propagarlas por el mundo, a liberar millones de esclavos o a esclavizar a millones de personas. La tecnología puede ser lo que nosotros queramos que sea. Tenemos la capacidad de dirigir la tecnología y deberíamos como humanos dirigirla.

Para ello, Mesthene plantea que tendríamos que preguntarnos para que queremos la tecnología, cosa que no hacemos. La estamos desarrollando sin antes preguntarnos que queremos de ella.
Es un hecho que la tecnología tiene puntos negativos. Sin embargo, en realidad tiene dos caras: una que está llena de promesas y otra que puede desanimar y derrotarnos. A pesar de que están las fuerzas negativas, puede también verse como liberadora. Todo depende de cómo decidamos emplearla. Puede por ejemplo ser liberadora si la enfocamos en que máquinas hagan el trabajo mecánico para dejar a los hombres dedicar su tiempo en otras cosas. Se puede hacer sin privar a gente de trabajo si se hace dentro de un sistema que educa a las personas que normalmente harían estas labores para que puedan aspirar a un trabajo más allá de lo realizable por una máquina.

“Failure of the nerve” es otro punto que Mesthene considera que define nuestra época. Se refiere a que volvemos a ser como los griegos quienes consideraban que no había nada en la naturaleza de la existencia o del hombre que no se pudiera conocer. La mezcla de culturas, entre otras cosas, terminó con esta idea dejando un campo de conocimiento que solo Dios podía determinar. El “failure of the nerve” caracterizaba a hombres que cada vez más se dirigían a Dios para que hiciera por ellos lo que no confiaban que podían hacer por ellos mismos. En este sentido, Mesthene considera que volvemos a tener la confianza de aquellos griegos.

El autor menciona que nos hemos enfocado en desarrollar la tecnología y no la moral del hombre. Cita a John Dewey quién lo advirtió años atrás: “Hemos mostrado la suficiente inteligencia en el campo físico para crear los nuevos poderosos instrumentos de ciencia y tecnología. No hemos aún tenido la suficiente inteligencia para usar estos instrumentos deliberadamente y sistemáticamente para controlar sus operaciones sociales y consecuencias.

No se trata tanto entonces de que podemos hacer, en realidad sabemos que podemos hacerlo todo. El compromiso al intelecto universal conlleva responsabilidad moral. El verdadero reto está en saber que debemos de hacer.

lunes, 20 de abril de 2009

CULTURA POPULAR CULTURA DE MASAS

CULTURA POPULAR CULTURA DE MASAS
Amalia Signorelli

En su texto, Amalia Signorelli cuestiona la existencia de una cultura de masas y si ésta puede en dado caso suplantar a la cultura popular.
Plantea al ciudadano global portador y partícipe de la cultura de masas y advierte sobre el perfil específico que tiene este ciudadano. Es aquel acreedor de un modesto bienestar; no pertenece a una tradición que lo vincule a algún lugar y lo mantenga arraigado a tradiciones; es escolarizado, aunque su educación es mediocre; y mantiene una relación con los medios masivos (especialmente la televisión) de quienes extrae la mayoría de su sistema de significados.

Para definir la cultura de masas plantea la dicotomía que representa, al por un lado ser una imposición de una cultura dominante, pero por el otro libera del aislamiento. Se plantea dos hipótesis para explicar si la cultura de masas es negativa o positiva.

Por un lado advierte que la cultura de masas es culpable de la homologación y de que así se hayan ido perdiendo características distintivas de las diferentes culturas. No considera que sea buena ya que sustituye los bienes tradicionales, imponiendo una cultura prefabricada que empobrece las tradiciones al mismo tiempo que puede ser utilizada como un instrumento de dominación.
Su segunda hipótesis se opone a la anterior. Considera a la cultura local como auténtica, liberadora y autónoma.

La autora desecha ambas hipótesis porque las considera que no analizan ningún fundamento estructural. Signorelli tiene otra propuesta para acercarnos a la cultura popular y cultura de masas. Dice que hay que partir de la base estructural donde surge el conflicto entre ellas. Lo hace a partir de Gramsci quien liga las diferencias culturales (entre cultura popular y cultura de masas) a las relaciones entre clase popular y clase subalterna. Al hacer esto interpreta las distinciones entre las clases o culturas como producto e instrumento de la estructura clasista de la sociedad. Para hacer este tipo de análisis, primero hay que entender que no existen grupos aislados o semi-aislados.

La integración de los grupos no implica la ampliación de una cultura. No es una cultura que integra a las culturas, en realidad todas las culturas se integran en un sistema de dominación centralizado. Hay casos en donde la integración se da imponiendo una cultura utilizando la fuerza.

Así, por un lado hay un estímulo a la homologación y por el otro hay demandas de diversificación. Entre estos estímulos hay tensión. Esa tensión caracteriza a la sociedad de masas.

La cultura de masas puede convivir con las culturas locales, no necesariamente acaba con ellas porque existe una relación entre las dos. Como la teoría de Gramsci que menciono anteriormente, no podemos definir a las dos culturas por oposición ni por un principio de dominio. Para hacer el análisis de relación hay que dividirlas en culturas hegemónicas y las subalternas. No hay sentido en decir que una cultura es dominante cuando es la cultura de las clases dominantes.

martes, 31 de marzo de 2009

El derecho a la diferencia

EL DERECHO A LA DIFERENCIA
Victoria Camps

La declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 estableció la igualdad básica de todos los humanos y las libertades políticas. La intención era noble pero no necesariamente incluyente. La teoría crítica la refutaría más adelante argumentando que si todos los hombres tenían que ser iguales, forzosamente se impone un modelo (el de occidente) sobre los demás tipos de hombres. Por ello 200 años después una declaración que valora “las diferencias particulares” es de tanta importancia y aparece después de que fueron aceptados los derechos anteriores y como una respuesta al mismo decreto.

Camps propone enfrentarse a la diversidad. Dice que la ética tiene que ser universal y que tiene que haber un derecho a la diferencia. Este derecho tiene que convivir con el liberalismo que, contrario a lo que piensan los relativistas, pretende homogeneizar en términos de derechos.

Los derechos humanos son universales y en la mayoría de los casos compatibles con la diferencia.

La propuesta de Camps es que hay derechos universales que no se pueden poner en tela de juicio. Los usos y costumbres no pueden contradecir los principios universales de los derechos humanos. Señala que hoy la ética se trata de la justicia y que sólo hay una. Es un bien transcultural, es el reconocimiento y respeto de la dignidad de cada uno, a su integridad, y el rechazo al dominio y la violencia.

La base es la Declaración Universal (a pesar de sus fallas) nos ayuda a ver de dónde venimos para construir un ideal de humanidad. Las diferencias tienen que ser defendidas siempre y cuando se conserven la justicia y dignidad. La historia nos ayuda a evitar cometer los mismos errores.

La universalidad nos obliga a respetar otras ideas y costumbres, y a castigar y reprimir las violaciones de estos derechos.

La cultura de occidente liberal se ha convertido en una cultura de masas, que lejos de llevar a las masas a la alta cultura, la convirtió en una de entretenimiento. Para Camps, la diferencia es lo que enriquece la cultura de masas.

La justicia es universal, solo hay una, mientras que los bienes humanos son múltiples. No se trata de defender y favorecer las mismas cosas para todos mientras se sacrifican las valiosas diferencias. El asunto está en que las diferencia de los bienes humanos deben de ser compatibles con lo que es justamente legislable. Así se establecen los derechos reales. Los bienes que no afecten a la justicia nunca serán condenados gracias al derecho a la diferencia.

El problema fundamental de la justicia es la ética. La justicia se construye a partir de lo que los humanos consideran como bueno. Los conflictos se apelan a la ética. Hoy, los valores culturales no se miden por los valores éticos sino por los cánones de la cultura de masas. Una cultura en cierto modo desvirtuada que se basa en el entretenimiento a costo de bajos criterios.

Tendemos hacia la homogeneización, la cultura de masas la ha propagado. Hay aspectos de la homogeneización que hay que defender, ya que es un factor que permite la comunicación sin la cual no podría existir la confrontación de opiniones. Sin embargo, Camps advierte que es importante que no todo sea homogéneo. Cultivar las diferencias culturales es una forma de hacer frente a la modernización, de compensar los defectos que ha traído. Si todo fuera igual o tendría punto discernir o juzgar. Para que funcione el diálogo tienen que haber desacuerdos.

domingo, 1 de marzo de 2009

EL CONCEPTO DE CULTURA EN LA TRADICIÓN ANTROPOLÓGICA

EL CONCEPTO DE CULTURA EN LA TRADICIÓN ANTROPOLÓGICA
Pietro Rossi

El concepto cultura ha evolucionado con el paso del tiempo. El término científico de cultura nace con la antropología que tomaba su sentido de origen de las culturas europeas.
Tylor explicaba la evolución humana como un desarrollo unilineal. Todos inician siendo una cultura primitiva que en un determinado momento llega a ser una cultura desarrollada, civilizada. Para Tylor, todos siguen el mismo camino de progreso, van avanzando en las etapas de desarrollo cultural.
Bajo esta idea cambia el paradigma. Si todas las civilizaciones empezaron en el mismo lugar, entonces la europea (tan desarrollada) había sido en un momento primitiva. Gracias a esta idea el concepto de cultura se amplió.
Boas Rechazó esta idea de desarrollo unilateral. Aunque el inicio fuera el mismo para todos, el desarrollo no tenía que ser el mismo. Consideraba que cada cultura debía estudiarse por si sola y dentro de su contexto. Así, las condiciones geográficas o naturales no necesariamente determinan a la cultura. La cultura es algo que se aprende y por ello la dimensión social es un factor importante.
Kroeber, quien fue seguidor de la escuela de Boas, consideraba que la dimensión social no tenía tanta importancia. Para él la cultura va más allá de la base biológica, psicológica o social. La cultura surge según las necesidades porque busca satisfacerlas.
Malinovski, perteneciente a la escuela funcionalista, consideraba que las instituciones eran fundamentales para estudiar la cultura. Sociedad y cultura son distintas pero correspondientes. Las instituciones son sociales pero conforman la cultura. Se trata de un intento por satisfacer las necesidades inherentes de la naturaleza humana. Cada cultura satisface estas necesidades individualmente; y siendo que las instituciones definen a la cultura, cada institución debe de ser estudiada por separado.
Sumner propuso estudiar la cultura a través de los patrones de comportamiento convencional en una sociedad (folkways) y es Murdock quien desarrolla más ésta teoría. Dado que las necesidades biológicas no determinan las resoluciones del hombre, la cultura se define por los hábitos de grupo. Lo importante está entonces en observar como surgen dichos hábitos. Una comunidad tiene una necesidad que es satisfecha por medio de un hábito. Establecido el hábito, la comunidad orilla a sus miembros a seguirlo por medio de condicionamientos que se convierten en costumbres. Éstas pueden mantenerse con los años a pesar de que no se conserve el motivo por el cual surgió.
La cultura es un proceso que se va adaptando a las necesidades humanas. Es un conjunto de formas de vida que sirven como modos de comportamiento donde cada grupo adapta su sistema de valores. Su análisis ha dejado de entenderse como se hacía antes. Los hábitos han perdido importancia con respecto a los modelos de comportamiento a los que una comunidad da validez.
Rossi rescata que la distinción entre antropología y sociología se ha vuelto más problemática porque ambas disciplinas están cada vez más cercanas. La cultura ya no se estudia desde la antropología, sino cada vez más desde la sociología.

La Economía de la cultura



La Economía de la cultura
Hugues de Varine

La cultura se ha convertido en un sector de la economía y un factor de desarrollo. Cito a De Varine, “Exceptuando los casos de guerra, la emigración nace de la incapacidad de aportar soluciones culturales a los propios problemas en el propio medio ambiente.” En otro sentido, creo que el desarrollo en el ámbito cultural puede traer consigo oportunidades de desarrollo social.
La forma de entender las diversas sociedades también ha cambiado. Mientras antes el pensamiento ilustrado favorecía la unificación de líneas de pensamiento y culturas, hoy el pensamiento está más bien orientado a enriquecerse por la diversidad. Estados Unidos, nación líder, representa perfectamente la manera en que sociedades heterogéneas se vuelven homogéneas. Se mezclan personas de diferentes culturas, raza y religión para construir una sociedad multi-étnica.
De Varine considera a los fenómenos culturales como concéntricos y los divide en 3 categorías:
1. La alta cultura que está al servicio de la burguesía. Es la cultura de prestigio.
2. Los elementos culturales tolerados. Son manifestaciones un tanto primitivas, populares, marginales o fenómenos anormales. Estos son absorbidos y van a la alta cultura.
3. Círculo de intolerancia. Aquí se reagrupa sin discriminación todo lo que excluye la alta cultura.

Hugues de Varine advierte que “el movimiento creador ha sido exterminado en menos de 500 años mediante la integración de la cultura de los ricos de occidente.”
La alta cultura, que es la esfera dominante, decide cuales son las culturas que puede admitir y cuales hay que dejar fuera. Las que acepta las adapta y hace suyas. Les quita así su valor original para convertirlas en un producto de consumo, listo para servir como un objeto de identificación para el ser humano.

Imagen: Fragmento de Cuadrados con círculos concéntrico de Wassily Kandinsky

domingo, 22 de febrero de 2009

¿Por qué filosofía?

¿Por qué filosofía?
Xavier Rubert De Ventós

3. Entre el lenguaje y las frases hechas
4. Hacia la moral y la filosofía

Hablar una lengua es una manera de ver el mundo, a través de nuestra capacidad de expresarlo en un idioma. Es una manera de ver el mundo a través de teorías porque hablar una lengua es una forma de incorporar una teoría, aunque no necesariamente nos demos cuenta. Asi, De Ventós plantea la idea de detenernos ante las frases hechas, de ponerles atención para hacer consciencia de la carga cultural que viene con las frases que empleamos.
Cada frase refleja una forma de ver el mundo. Traducir una lengua a otra es muy complicado, no es otra cosa que hacer una aproximación de sentidos. Podemos traducir significados pero en ella perdemos ritmos, sonidos, juegos de palabras, etc. La poesía es el evento más dramático de la incapacidad de traducir y de que el lenguaje encasilla, es una visión del mundo. La lengua es la forma en que nos enfrentamos al mundo, es nuestra herramienta para clasificarlo, representarlo. El lenguaje nos encasilla porque es contextual.

En La tarea del traductor, Walter Benjamín explicó que las lenguas no son extrañas entre si; mantienen semejanzas, parentescos que tienen que ver con que cada lengua es original porque ha nombrado las cosas a su manera. Este parentesco solo se pone de manifiesto porque al traducir no se traducen las palabras que pueden parecer huecas, sino que se traduce el significado. Ninguna lengua tiene la verdad total, ninguna es superior a otra o tiene la verdad original. Todas tienen un fragmento de verdad.

De la misma manera, tampoco podemos tener un lenguaje universal. El lenguaje está relacionado con el estado de las cosas, los estados de las cosas varían dependiendo de los contextos. Las personas interpretan además de distintas formas, por lo que aunque compartieran contextos, seguirían sin generar un lenguaje universal.



Es un hecho que inevitablemente las personas son entes limitadas. Las palabras que empleamos reflejan nuestra realidad pero su significado cambia a través del tiempo. Cargan contexto y las vamos adaptando según este. Su estructura influye mucho en la forma en que nos relacionamos con el mundo. Por lo mismo clavarnos en el origen de las palabras no es lo más acertado, hay que entender los cambios que han sufrido. Las palabras son como un arma de doble filo, el uso que les otorgamos puede limitarnos pero también proyectarnos. Es un medio para conocer y comunicarnos pero también nos limita. No nos enseña todo ni nos permite comunicarlo todo. Hay cosas, como los sentimientos, que nos son casi imposibles de expresar con exactitud. Este puede ser un factor que influya en que el lenguaje está vivo, se inventan palabras y se desarrollan los significados de otras.

Las frases hechas sirven en el estado de las cosas en el que surgieron, bajo ese contexto. Este cambia y pretender entender todo a partir de estas frases es caer en un error porque implicaría aceptarlo como tal, quedarnos con esa teoría. Surgen situaciones nuevas y hay que transformarse para enfrentarlas con teorías nuevas. Se hace filosofía cuando no funcionan las teorías, cuando necesitamos buscar nuevas explicaciones. Las paradojas nos hacen replantearnos las teorías.

Para De Ventós, filosofar es buscar la otra cara de las cosa que generalmente está en la evidencia misma, que está en los esquemas que a la vez nos encierran (el lenguaje, la psicología). Hacer filosofía no es aceptar los cambios de perspectiva, es buscarlos, aunque esto ponga en crisis nuestras convicciones o nuestras creencias más arraigadas. Ser moral y responsable no es exaltar las decisiones que tomamos, sino aceptar, entender y respetar las decisiones que no tomamos. Lo importante es aceptar que no sabemos todo, el que pretende hacerlo termina por cerrarse al mismo entendimiento.

sábado, 21 de febrero de 2009

¿Por qué flosofía? I y 2

Xavier Rubert De Ventós, ¿Por qué filosofía?
Capítulos:
1. De la importancia de no verlo claro
2. Desde la percepción y las imágenes.

El libro se aproxima a la idea de cómo todos filosofamos al dudar, al no estar satisfechos con las explicaciones del funcionar de las cosas que nos han dado. De esta manera filosofar es estar inconforme.
Es importante no entender por completo las cosas. No verlo claro, porque esa falta de claridad implica que le vamos a dar vueltas a las cosas, buscarle una explicación o justificación.
Por el otro lado, aquello que no nos importa, no cuestionamos. Como nos importa poco asumimos que ya los sabemos. Cuando no estamos interesados evitamos tenernos que dar cuenta de todo lo que ignoramos al respecto. El que pretende entender todas las cosas es el que no está informado.
De Ventós liga nuestra necesidad por saberlo todo y explicarlo todo a la neurosis y a que aún somos seres primitivos. Esta necesidad de interpretar y conocer todo no refleja nuestra búsqueda por conocimiento sino nuestra necesidad de apaciguamiento. Entenderlo todo nos permite controlar y de esta forma poder estar tranquilos. Sin embargo, es aceptar que no sabemos todo lo que nos hace libres.
Para filosofar hay que aceptar que no vemos las cosas claras, no pretender saber todo, atreverse a no saberlo todo. La filosofía duda. Filosofar es desconfiar de las explicaciones que nos dan tranquilidad, es ir más allá.
Actualmente todos tenemos un poco más de filósofos. Mientras antes nos preguntábamos por cómo hacer una cosa, hoy preguntamos qué son esas cosas.
Las ideas preconcebidas con las que hemos crecido, más allá de revelarnos la verdad, colocan sobre nuestros ojos un velo de ignorancia. Estas ideas en realidad nos limitan, y aunque tengamos que ver la vida con presuposiciones, el error está en conformarse con ellas. Por lo mismo, a veces lo que creemos o queremos ver no nos deja identificar o valorar las cosas que tenemos frente a nosotros. Tener una idea preconcebida nos predispone, por lo que a veces para entender algo tenemos que olvidar lo que queremos saber.