domingo, 1 de marzo de 2009

La Economía de la cultura



La Economía de la cultura
Hugues de Varine

La cultura se ha convertido en un sector de la economía y un factor de desarrollo. Cito a De Varine, “Exceptuando los casos de guerra, la emigración nace de la incapacidad de aportar soluciones culturales a los propios problemas en el propio medio ambiente.” En otro sentido, creo que el desarrollo en el ámbito cultural puede traer consigo oportunidades de desarrollo social.
La forma de entender las diversas sociedades también ha cambiado. Mientras antes el pensamiento ilustrado favorecía la unificación de líneas de pensamiento y culturas, hoy el pensamiento está más bien orientado a enriquecerse por la diversidad. Estados Unidos, nación líder, representa perfectamente la manera en que sociedades heterogéneas se vuelven homogéneas. Se mezclan personas de diferentes culturas, raza y religión para construir una sociedad multi-étnica.
De Varine considera a los fenómenos culturales como concéntricos y los divide en 3 categorías:
1. La alta cultura que está al servicio de la burguesía. Es la cultura de prestigio.
2. Los elementos culturales tolerados. Son manifestaciones un tanto primitivas, populares, marginales o fenómenos anormales. Estos son absorbidos y van a la alta cultura.
3. Círculo de intolerancia. Aquí se reagrupa sin discriminación todo lo que excluye la alta cultura.

Hugues de Varine advierte que “el movimiento creador ha sido exterminado en menos de 500 años mediante la integración de la cultura de los ricos de occidente.”
La alta cultura, que es la esfera dominante, decide cuales son las culturas que puede admitir y cuales hay que dejar fuera. Las que acepta las adapta y hace suyas. Les quita así su valor original para convertirlas en un producto de consumo, listo para servir como un objeto de identificación para el ser humano.

Imagen: Fragmento de Cuadrados con círculos concéntrico de Wassily Kandinsky