domingo, 9 de septiembre de 2007

COLOTEPEC

Colotepec significa cerro de la torcedura y es el nombre mixteco del municipio de Santa María, en la costa de Oaxaca. Y aquí la recaudación fiscal es algo permanentemente torcido, rindiéndole honor al nombre del cerro.

Como resultado, el gobierno municipal no cuenta con recursos para brindar los servicios básicos que requieren sus habitantes.

En el pueblo son comunes las tragedias, atestigua un taxista. Cirilo caminaba descalzo sobre la carretera costera. Fue atropellado y murió instantemente. La carretera no cuenta con acotamiento ni alumbrado público.

Domitila de 17 años, a los ocho meses de embarazo perdió su bebé por los insuficientes recursos y falta de preparación que mostraron los médicos del centro de salud que la atendieron.

Nos son casos aislados. Son insuficientes los fondos de los que dispone el gobierno de la localidad para enfrentar estas realidades.

Santa María Colotepec es uno de los 570 municipios que componen al estado de Oaxaca. Su superficie total es de 95,364 km2. La del municipio es de 663.4 km2 y representa el 0.70% en relación al estado.

Zicatela, la playa más conocida en Puerto Escondido y perteneciente al municipio de Colotepec se dinstingue como el tercer mejor lugar en el mundo para surfear. La zona, a su vez, se ha convertido en un popular sitio turístico. Siendo el turismo uno de los principales ingresos para el país, resulta irónico, que Puerto Escondido haya sido entonces declarado por el Programa de Microrregiones de la SEDESOL como una microrregión con un grado de marginación alto.

Según el programa mencionado, “Para ubicar y atender a los territorios con mayores rezagos del país se conformaron Microrregiones, que son espacios geográficos integrados por municipios de Muy Alto o Alto grado de marginación y/o los predominantemente indígenas, de Marginación Relativa.” Agrupar a los municipios en Microrregiones fue un acuerdo de las autoridades estatales que se logró considerando que compartían características ya fueran culturales, económicas o sociales. El Programa reconoce que “muchas de las microrregiones están constituidas por más de un municipio con identidad étnica, cultural y geoeconómica, definidas y consensadas con las autoridades estatales.”

El ll Conteo de Población y Vivienda estableció en el 2005 que en el municipio habitan un total de 19,223 habitantes, de los cuales 1,455 son personas que hablan lengua indígena. Hay 3,882 viviendas de las cuales 3,647 son particulares, estando la mayoría en situaciones lamentables.

Según el ayuntamiento, la cobertura de servicios públicos es de 60% en agua potable y 80% en alumbrado público.

La situación educativa del municipio no es una que favorezca el desarrollo del lugar. En total cuenta con 18 centros educativos la mayoría nombrados después de héroes mexicanos; 6 de ellos son jardines de niños, 8 son primarias, 3 cursos comunitarios y disponen únicamente de una secundaria. Son insuficientes los recursos educativos de la localidad para sus habitantes. Son contados aquellos que terminan la secundaria, requisito obligatorio por parte del gobierno, y comunes los restantes que no saben leer y escribir. Las oportunidades de trabajo considerando los niveles educativos son deplorables. Las posibilidades de desarrollo de la zona son escasas porque están relacionadas con las pobres capacidades educativas de sus habitantes.

La situación en términos de salud a la que se enfrentan los pobladores es una causa reprobable.

Hay únicamente un centro de atención hospitalaria, 7 casas de salud establecidas y 7 mas que son provisionales. Es habitual que los habitantes recurran a métodos alternos a la medicina.

El Güero es vigilante y está encargado de recoger y llevar a los depósitos la basura de los condominios que el cuida. Para poder hacer su trabajo requiere de un coche. En este realizó un viaje de una hora para llevar a su madre enferma a Huatulco. En Santa maría Colotepec no hay un centro de salud que cuente con el equipo preciso que su madre necesitaba para ser curada. Al llegar al hospital de Huatulco fueron informados que ahí tampoco contaban con el equipo vital para salvar la vida de su mamá. Regresaron a Colotepec y como única posible alternativa contrataron a un brujo. Este les dijo que por 9 mil pesos curaría a la señora por medio de una “cirugía sin cicatriz”. La familia de El Güero solo contaba con 6 mil pesos. La “cirugía se realizó y la señora murió la mañana siguiente. El brujo todavía quiere cobrar los 3 mil pesos que restan, argumenta que a pesar del resultado final, el cumplió con su trabajo.

En este sitió es normal también que los negocios, pequeños, característicos de la zona se nieguen a entregar facturas a sus clientes. Una de las vías más comunes de evasión fiscal.

Principalmente por sus playas, es un lugar que ha captado el interés de diversos inversionistas, mexicanos y extranjeros. En los últimos años se han vendido múltiples terrenos con frente de playa o cercanos a ella.

Estos terrenos representan lo que en años pasados el Estado entregó a locales como ejidos. El fin principal siendo que trabajaran estas tierras y pudieran vivir de ellas. Actualmente muchas están abandonadas o son improductivas. No están registradas ante el gobierno municipal porque ello implicaría el pago de un impuesto.

Muchos de los dueños originales de las tierras han decidido vender sus propiedades. Los compradores son inversionistas extranjeros a la región.

Los vendedores desconocen el valor que tienen sus tierras y negocian basados en precios estimados lejanos al alcance real de los terrenos. Cuando se efectúa la compra, hay casos donde los involucrados llegan a un acuerdo en el cual se establece el precio del terreno con el que va a ser registrado ante el municipio. Es uno menos al valor real, de esta manera los impuestos a pagar son reducidos.

Este es el caso específico, pero no único, de Costa Cumaná. El terreno está en el kilómetro 156 de la Carretera Costera que comunica a Puerto Escondido con Huatulco. El dueño local heredó el terreno, y nunca lo utilizó. Se lo vendió, desconociendo su verdadero valor, a Juan Sodi un inversionista originario de la Ciudad de México. El convirtió su propiedad en un fraccionamiento, donde vendió los terrenos a extranjeros interesados en tener una casa en la playa.
Los fraccionamientos fueron registrados según el impuesto que el nuevo dueño esté dispuesto a pagar. Los dueños del lote 13 pagan 4 mil pesos al año de predial. Los propietarios del lote 8 admitieron pagar 900 pesos anuales sobre el mismo impuesto. Ambos terrenos miden los mismos metros cuadrados y cuentan con frente de playa.

El gobierno local no cuenta con servicios para valuar terrenos y este tipo de situaciones. No hay mayor control sobre aquello que se vende y compra o las circunstancias en que se hace. Este hecho facilita otra forma local de evasión fiscal.

El Código Fiscal de la Federación estable que “comete el delito de defraudación fiscal quien con uso de engaños o aprovechamiento de errores, omita total o parcialmente el pago de alguna contribución o obtenga un beneficio indebido con prejuicio del fisco federal”

Los ciudadanos declaran que pagan los menos impuestos posibles porque el gobierno se roba el dinero. Prefieren ahorrarlo y gastarlo en sus necesidades personales. El municipio lo niega pero no se preocupa por demostrar lo contrario. El círculo está ya torcido y frustrado.

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